Reflexión sobre el sábado

Conversando con Susi Krueger, directora de Wycliffe Alemania.

El tema de Wycliffe Alemania para el 2023 es el sábado. ¿Cómo se tomó esta decisión?

En gran parte se debe a que hay muchas personas cansadas: han perdido la motivación o se sienten agotadas. La temporada de COVID no ha ayudado. En la sociedad alemana se habla incluso de los efectos post-COVID en lo que respecta al cansancio y agotamiento. ¿Me pregunto cómo abordamos esto y cómo recuperamos un ritmo y estilo de vida saludables que nos ayude a trabajar y también a descansar bien?

Susanne Krueger

Por eso pensé que el sábado es un buen tema para nosotros. Sobre todo, porque es el ritmo santo que Dios ha puesto en nuestras vidas y en la creación. Es lo que debemos esforzarnos por alcanzar. Pero también porque el sábado no solo se refiere al descanso. Tiene que ver también con trabajar bien. Seis días trabajarás y descansarás uno. El sábado no es antagónico al trabajo. Se trata de un ritmo saludable de trabajo y descanso.

Otra de las cosas en las que he pensado mucho y que quiero lanzar como reto —porque el sábado también tiene que ver con escuchar a Dios— es con respecto a ¿qué tipo de convicciones espirituales vivimos que podrían no venir de Dios? Especialmente cuando el tiempo apremia, pensamos: “Bueno, si yo no lo hago, no lo hará nadie”. Esta frase la escucho con frecuencia. La gente está cansada, enferma y tiene dificultades. Realmente necesitan un descanso. Y dicen: “Pero si no regreso, esta gente no recibirá la Palabra de Dios”. O “Estas personas no sabrán de Cristo”.

Y pienso: “Bueno, en realidad ese no es nuestro llamado”. Dios es el que lo hace. Nuestra responsabilidad es hacer lo que Dios ha preparado de antemano para que lo hagamos. Pero la responsabilidad de que la gente llegue a conocer a Cristo, de que pueda leer la palabra de Dios... por supuesto, él la comparte con nosotros, pero no es nuestra responsabilidad primordial. Definitivamente no es lo que Dios quiere. Creo que espiritualizamos nuestro exceso de trabajo. Que digamos: “Bueno, si Dios nos ha llamado a hacer eso, él nos dará la fuerza. Y si eso significa trabajar veinte horas al día, siete días a la semana, Dios nos ayudará”. Esto no lo encontramos en ninguna parte de la Biblia.

Tendemos a considerarnos indispensables, ¿no es cierto?

Exactamente. Todo empezó a tener sentido y pensé: Dios nos ha dado este ritmo. Analicemos esto y veamos lo que Dios puede enseñarnos. No solo individualmente, sino también como organización. ¿Qué puede enseñarnos Dios sobre este saludable ritmo de trabajo y descanso que ha creado para que lo experimentemos?

Todavía no tengo la respuesta Estamos en el proceso de entenderlo. Quiero que aprendamos como organización sobre el sábado y los principios que lo sustentan. Como organización, ¿cómo podemos respaldar un ritmo saludable de trabajo y descanso?

¿Qué pasos específicos han dado como organización?

Tenemos un boletín informativo interno que se publica una vez al mes, y he estado escribiendo varias ideas que he leído y aprendido sobre el sábado. Cuando tenemos nuestra reunión mensual de personal hablamos y le damos seguimiento al tema.

Para nosotros, el sábado es también apartar espacio para la presencia de Dios y para que Dios hable. La oración es muy importante para nosotros. Nos reunimos todos los días aquí en la oficina para tener nuestro devocional y una sesión de oración de media hora. Tenemos tarjetas con fotos de todo nuestro personal para orar por ellos, y el coordinador de oración recoge e imprime las más recientes peticiones de oración para ese momento. Somos muy buenos intercesores.

Pero ahora, todos los lunes dedicamos esa media hora a escuchar a Dios. Algunas veces cantamos algunos himnos más. O simplemente dividimos las tarjetas de fotos sin hacer peticiones, sino más bien nos limitamos a escuchar a Dios [para oír] lo que nos quiere decir sobre la persona que tenemos delante. O hacemos una Lectio Divina (Lectura Divina) o algo similar. Algo diferente que nos ayude a aprender a escuchar más y no solo a escribir peticiones de oración. Porque a veces orar puede sentirse como trabajo.

 

Susi Krueger en el primer conversatorio global "People", que tuvo lugar en Wycliffe Alemania en enero del 2023. Otros eventos como este han tenido lugar en otras partes del mundo este año. Foto: Elizabeth Berg.

¿Cómo funciona la idea del sábado en la cultura alemana?

Todavía el domingo se considera como un día no laborable. Por ley, la mayoría de los comercios están cerrados. Los supermercados y las farmacias todos cierran los domingos. Desafortunadamente, en la actualidad esta medida tiene que ver más con los sindicatos que con las iglesias. Son muy estrictos en cuanto a guardar el domingo.

Sin embargo, el día de descanso comunitario sigue siendo inmensamente reconfortante y bueno. En la cultura alemana, los domingos temprano por la tarde cuando hace buen tiempo, las familias y la gente sale a caminar. Se come en familia y luego se sale a dar un paseo. No importa si se es cristiano o no. Es algo cultural. A veces pienso que se trata en realidad de algo cultural muy valioso que podemos aprovechar. Porque es mucho más fácil descansar cuando todo el mundo también descansa.

Por otro lado, a decir verdad, es muy poco cultural porque la línea entre el trabajo y el tiempo libre desaparece por completo. Va y viene por oleadas. A los jóvenes de hoy les importa mucho disponer de tiempo libre y mantener un equilibrio entre la vida y el trabajo. Mi generación y las generaciones anteriores son las que se sienten como si estuviesen trabajando siempre. Por ejemplo, tenemos siempre que estar disponibles y la obra de Dios nunca acaba. Es muy difícil no hacer nada. Nos sentimos culpables cuando no hacemos nada. Tenemos que volver a aprender lo que significa realmente descansar y dejar de trabajar.

Mencionó el COVID y cómo ha causado tanto agotamiento en las personas. ¿Nos habrá encaminado en una dirección equivocada con respecto al sábado?

En general, creo que el COVID no ha hecho más que aumentar la sensación de cansancio, agotamiento y desmotivación en las personas. Creo que las razones son muchas y muy diferentes para cada uno. Parte de ello tiene que ver con las muertes. Muchos de nosotros hemos perdido seres queridos. Perdí a mis padres durante el COVID, y mi padre murió de complicaciones de COVID. Tenían 74 y 76 años.

Así que para algunos fue una pérdida muy personal. A los solteros, por ejemplo, nos quitaron nuestra forma habitual de pasar el tiempo y recargarnos: salir a pasear con otros, salir a cenar con amigos.

El libro de Pete Scazzero, El líder emocionalmente saludable (The Emotionally Healthy Leader) tiene un capítulo muy bueno sobre el sábado. El autor sugiere que hagamos una pausa, descansemos, disfrutemos y contemplemos a Dios. A muchos solteros nos quitaron la parte de “divertirse”. Mientras que para muchas familias fue un enorme estrés debido a semanas, meses e incluso años de educación en casa y de tener a los niños en casa 24 horas al día, siete días a la semana. Fue en extremo difícil para algunos padres que tuvieron que hacer malabares. En muchas familias, de repente, los niños empezaron a estudiar desde casa. El padre estaba en casa intentando trabajar. La madre estaba también intentando trabajar desde casa. Todo era completamente diferente. Esto fue muy estresante para las familias.

Sobre todo, para las personas mayores que se les dificultaba conectarse, y a eso se sumaba el miedo a contagiarse.

Se dieron muchos cambios a consecuencia del COVID, y también había mucha rabia, especialmente hacia los que no entendían nuestro punto de vista, ya que todos teníamos perspectivas distintas. Indignación contra el gobierno por imponer de repente leyes que nos prohibían celebrar nuestro cumpleaños en familia solo porque éramos más de tres personas. Muchas, muchas cosas.

Como mencionó, el sábado es más que simplemente dejar de trabajar durante un día. Están adoptando un punto de vista más holístico.

Fue bastante interesante el año pasado cuando hablé con mi consejera sobre todo este asunto y me dijo: “Susi, es muy bueno todo esto que piensas en beneficio de Wycliffe. Pero ¿por qué no lo aplicas primero a tu vida?”. Pensé: Cierto. Creo que tienes razón.

Yo también soy parte de este viaje. Me di cuenta de que pequeños detalles como ser consciente de que el sábado es mucho más que dejar de trabajar, tumbarse en el sofá y ver programas repetidos de Juego de Tronos o algo parecido. El sábado no se trata de eso.

¿Qué es el sábado?

Creo que se trata de un tipo de perspectiva interior. Por ejemplo, una de las cosas que leí y empecé a compartir con otros es que hay dos capítulos en el Pentateuco en los que se mencionan los Diez Mandamientos. En la primera lista, la razón que se da para el sábado es que Dios descansó después de seis días. Así que el orden de la creación es la razón por la que los israelitas debían guardar el sábado.

En la segunda lista, la razón que se da es que debemos celebrar el sábado porque Dios nos ha sacado de la esclavitud y nos ha traído a la libertad. Un escritor judío señala que durante la esclavitud los israelitas estaban sometidos a un régimen que constituía una amenaza para la vida y la despojaba de todo valor. No existía el tiempo libre ni el descanso más allá de las horas para dormir necesarias. Pero Dios es un Dios que otorga y afirma la vida. Cuando celebramos el sábado reafirmamos que estamos bajo el señorío de Dios. No estamos bajo una majestad esclavizadora que amenaza la vida, sino bajo un Dios reafirmador de la vida que nos regala tiempo para descansar y disfrutar.

También afirmamos que Dios es capaz de dirigir este mundo sin nosotros durante un día. Puede encargarse de todo. Creo que me estoy dando cuenta, a medida que avanzo en este viaje, de la gran diferencia que supone esa manera de pensar. No es sólo hacer una pausa. Es también encontrar mejores formas de descansar. Es encontrar buenas maneras de disfrutar. Un escritor dice que Dios no necesitaba descansar. Dios no se cansa. Pero contempló la creación y vio que era buena. Disfrutó de la creación en el séptimo día. Se supone que deberíamos disfrutar también de ese día.

Hay un pasaje en Isaías (58:13-14) que dice que si guardamos el sábado como delicia... encontraremos nuestra alegría en el Señor. El sábado debe ser una delicia. Es un día en el que contemplamos a Dios, vamos a la iglesia y comulgamos con otros cristianos. Pensamos en Dios. Le damos espacio a Dios para que nos hable. Todas estas cosas tienen sentido.

Wycliffe Alemania hace una mención importante de Visión 2025 en su sitio web. En cierto modo, a medida que se acerca ese año, puede parecer contradictorio que se haga hincapié en el sábado.

Desde el principio hemos tenido Visión 2025 y seguimos teniéndola. Creo que para nosotros y para mí misma, Visión 2025 probablemente ya ha hecho lo que se proponía hacer. No importa mucho si realmente logramos empezar a traducir en todo idioma o no. Esa parte no es vital. Creo que nuestra forma de trabajar ha cambiado radicalmente gracias a Visión 2025.

Sin embargo, la urgencia sigue ahí. Pero sobre todo cuando es urgente y cuando sentimos que tenemos demasiadas cosas que hacer, lo más importante es contar con una buena disciplina del sábado.

Pete Scazzero dice que celebrar el sábado es una disciplina espiritual necesaria. No es una ley. Ya no estamos bajo la ley, sin embargo es una disciplina espiritual muy importante y necesaria que nos ayuda a crecer y a acercarnos a Cristo.

¿Qué le diría a otros líderes de la Alianza sobre este tema del sábado?

Para nosotros, como Alianza, es una pregunta interesante. ¿Cómo podemos apoyarnos y ayudarnos mutuamente a respetar esos límites que tenemos? Esta mañana hablamos como equipo sobre el tema: ¿qué significa dejar de trabajar?

Hablamos de nuestra responsabilidad de crear nuestros propios límites. Hoy en día tenemos tantas posibilidades, incluso técnicas, para hacerlo. Pero también es respetar los límites de los demás. Me sorprendí a mí misma el domingo. Estuve fuera el fin de semana, regresé y revisé mi buzón. Había una carta que tenía que ver con algunos asuntos de seguros. La persona con la que tengo mi seguro es un buen amigo mío que también asiste a la iglesia. Así que tomé una foto de la carta y se la envié porque la necesitaba. Él me respondió: “Me ocuparé de eso mañana”.

Me sentí culpable y le contesté: “Lo siento mucho. No debería haberte enviado eso un domingo por la noche”. Es ese tipo de límites para los demás: como alianza, como grupo y como organización. ¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente a escuchar a Dios y a respetar los límites, e incluso a disfrutar juntos del sábado?

No sé cómo sería. Es una de las cosas que queremos probar y sobre la que queremos reflexionar. ¿Qué significa para nosotros como comunidad cristiana? Aquí en la oficina somos un equipo muy unido, en cierto sentido una comunidad unida. La Alianza es el otro extremo, una comunidad muy dispersa cuando se la considera en su conjunto. Pero ¿cómo podemos vivir este ritmo sabático de manera que nos animemos mutuamente, y que incluso podamos deleitarnos juntos?

  

Entrevista: Jim Killam, Alianza Global Wycliffe

Las organizaciones de la Alianza pueden descargar las imágenes de este artículo.

 

 

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