Meditación: Dia Mundial de la Oración Wycliffe – 11 de noviembre 2022
Confianza
Romanos 15:13 (NVI)
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
La confianza y el gozo son una combinación inseparable y esencial si queremos permanecer en el viaje que hemos emprendido. Confiamos en Dios por lo que es: la fuente de esperanza. Cuando confiamos en él, nos llena de gozo y paz. El gozo y la paz nos fortalecen, tenemos una esperanza renovada y una mayor capacidad de confiar, por lo que somos fortalecidos en tiempos de prueba o desánimo.
Consideramos el carácter de Dios. Es polifacético y en muchos aspectos supera nuestra comprensión. Al sumergirnos en las Escrituras, descubrimos que Dios es omnisciente, omnipotente, omnipresente, bondadoso, misericordioso y compasivo. Es el padre que se deleita en dar buenas dádivas a sus hijos y el Rey soberano que sostiene el mundo en sus manos.
Confiamos porque Dios es un Dios que cumple el pacto. Su carácter y su Palabra son perdurables e inmutables, por lo que él es fiel (2 Timoteo 2:13) aunque nosotros no lo seamos.
Aprovechemos este momento para adorar a Dios y volver a nutrir nuestras almas con la verdad de quién es él.
Historias de confianza
- Me habría rendido
- Confiar con regocijo
- Los planes de Dios son mejores
- Nuestro poderoso Dios
- La fe nos mueve
Gozo
El gozo resulta de confiar en Dios, no depende de nuestras cambiantes circunstancias. Reconocemos que hay momentos de tristeza y luto. Es importante buscar a Dios en nuestro dolor y caminar con él en los momentos de lamentos (Eclesiastés 3:4). Sin embargo, no debemos sumergirnos en nuestra aflicción al punto quedar sumidos en nuestra tristeza. También recordemos que hay momentos en los que conviene desprenderse de la pena y la tristeza “... pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza.” (Nehemías 8:10)
A pesar de las situaciones en las que nos encontremos, podemos experimentar gozo al:
- Encontrar esperanza y seguridad en aquel que no nos deja (Salmo 91:2-4)
- Reconocer que los problemas de este mundo son finitos, pero que estaremos con él por la eternidad. (Salmo 30:5, 11-12)
- Recordar que Dios desarrolla resiliencia en nuestras vidas para que podamos permanecer firmes. (Santiago 1:2-4)
- Adorar y alabar a Dios nos llena de gozo al centrarnos en quién es él y lo que ha hecho por nosotros. (Salmo 84:1-7)
Historias de gozo
- Trabajar colaborativamente para ofrecer las Escrituras
- Testimonio de una mujer de la etnia Himba
- La fidelidad en las cosas pequeñas
Resiliencia
Resistir—seguir adelante, perseverar—es lo que estamos llamados a hacer. Pero, al igual que confiar en Dios, no se logra mediante nuestra fuerza interior. La resiliencia surge más bien de la confianza que tenemos en el Dios que no falla. Fijamos nuestros ojos en Jesús y él nos fortalece para continuar corriendo la carrera. Seguimos su ejemplo.
Hebreos 12:1-2 (NVI) nos recuerda:
Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Leer y meditar en los siguientes pasajes nos alienta:
Isaías 40:31 (NVI)
Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas;
volarán como las águilas:
correrán y no se fatigarán,
caminarán y no se cansarán.
Otras traducciones de este versículo utilizan la palabra esperanza o espera en lugar de confianza. La confianza se manifiesta mediante la esperanza y la espera. Al volver nuestro rostro y nuestro corazón hacia Dios, reconocemos su soberanía y que su tiempo es perfecto, que somos fortalecidos para soportar las pruebas que enfrentamos. Esta confianza desarrolla en nosotros fruto, cuando hacemos al Señor el centro de nuestra esperanza.
Jeremías 17:7-8 (NVI)
Bendito el hombre que confía en el Señor
y pone su confianza en él.
Será como un árbol plantado junto al agua,
que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor,
y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia,
y nunca deja de dar fruto.
Historias de resiliencia
- Confiar en Dios en un mundo de sufrimiento e incertidumbre
- Socios en el ministerio
- Un largo viaje para tener la Biblia completa
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