Habla su idioma

El curso ofrece a pastores y otros líderes una nueva comprensión del papel y la responsabilidad de la iglesia en la traducción de la Biblia

Participantes del curso de Bogotá disfrutan de un debate informal entre sesiones. Fotografía: Gwen Davies

Bogotá, Colombia — '“¡Tienes que venir a oír esto! ¡Tienes que venir!”

En agosto de 2024, Myriam Rodríguez recibió una invitación de último minuto para asistir a un curso que se dictaría en un centro de conferencias de Bogotá. El título del curso, “Idioma y traducción en la misión de Dios (ITMD)”, le llamó la atención de inmediato.

En un principio, al ver que se cubrirían temas tales como “Idioma, cultura e identidad en la misión de Dios”, Myriam pensó que el curso sería más apropiado para su hija, Paula, quien ejerce como traductora independiente de inglés y español.

Con ella habló por teléfono en el recreo entre sesiones. Myriam estaba tan entusiasmada por todo lo que estaba aprendiendo que no quería que su hija se perdiera una gran oportunidad.

“Me encanta estudiar cosas sobre el Señor”, dice Myriam, quien supo que se dictaría el curso porque recibió en su casa a uno de los miembros del personal del curso. “Cuando veo que habrá un curso centrado en Cristo y en la Biblia, me encanta ir”.

Sin embargo, el curso ITMD de la Alianza no es ninguna clase común y corriente. Es un curso de cuatro días en el que uno se adentra en pasajes de las Escrituras que revelan una forma nueva de entender quién, cómo y qué es la misión de Dios:

  • Nos comunicamos porque reflejamos la imagen de Dios, quien se comunica.
  • El regalo del lenguaje no solo nos permite relacionarnos con nuestro Creador, sino también reflejar su imagen: somos comunicadores cuando compartimos su mensaje con otras personas. El papel que desempeñamos en la misión de Dios deriva de haber sido creados a su imagen y de nuestra identidad como sus criaturas.
  • Las diversas lenguas y culturas que descienden del acto protector de Dios en Génesis 11 en la torre de Babel se han convertido en los vehículos de esta misión: un mosaico a través del cual su gloria será proclamada en la eternidad.

“Desde la primera presentación guardé silencio, intentando absorberlo todo”, recuerda Myriam. “En ningún servicio de la iglesia se habla de estas cosas, así que todo el tiempo me dediqué a recibir y recibir”.

Las implicaciones de esto son inmensas, no solo para las misiones en general, sino también específicamente para el ministerio de traducción de la Biblia.

La coordinadora del curso, Silvia Zelaya (TRES), junto a la instructora Vicky Infante (ALEM). Fotografía: Gwen Davies

Despertar una pasión por la misión de Dios

La misión de Dios es un tema central de la Alianza, que nos recuerda que la misión a la que estamos llamados a servir por medio de la traducción de la Biblia no es nuestra misión, sino de Dios. (Véase nuestra página web para leer algunos documentos de reflexión). Y si bien este es un buen concepto teórico, el curso ITMD ha demostrado ser especialmente eficaz a la hora de ofrecerles a las personas una forma de profundizar más, de entender lo que este concepto implica para el corazón. Ofrece ese “eslabón perdido” del enfoque académico y lingüístico a la traducción de la Biblia al llegar a la esencia espiritual de por qué traducimos.

La semilla de este curso se plantó hace más de una década, cuando Bryan Harmelink, actualmente el Director de Colaboración de la Alianza, comenzó a reflexionar en cómo él y otras personas veían a Dios obrar a través del lenguaje y la traducción de la Biblia. En 2015, el Dr. Michel Kenmogne, director ejecutivo entrante de SIL International, invitó a Bryan a liderar un grupo para explorar el tema del lenguaje y la misión de Dios. Entusiasmado, Bryan aceptó. Y algo que dijo Michel impactó profundamente a Bryan: “Llevamos décadas analizando el lenguaje, pero no nos hemos tomado el tiempo de pensar misiológicamente en lo que el lenguaje es y en cómo Dios lo utiliza en su misión”.

Además, en 2015, Bryan conoció a Marcia y Edson Suzuki en la Universidad de las Naciones JUCUM (Juventud con una visión) en Hawái. Tuvieron varias conversaciones sobre cómo capacitar a los jóvenes de JUCUM para trabajar para la traducción de la Biblia. Más adelante, un sorprendido Bryan recibió una solicitud de la Universidad de las Naciones para desarrollar un programa para el máster de artes que se basara en la traducción de la Biblia. El primer curso que desarrolló se centró en una reflexión bíblico-teológica del lenguaje, la traducción y la misión de Dios. Se dictó por primera vez en octubre de 2017 para la primera cohorte de JUCUM en el Máster de Lingüística Aplicada a la Traducción de la Biblia.

Vanessa Rodríguez (AEL) toma nota mientras Gisella Greenfield (COMUNIFE Colombia) enseña. Fotografía: Gwen Davies

Una nueva forma de entender

Así surgió el curso ITMD dictado en Bogotá el pasado agosto: “Gracias a una reflexión sobre cómo el lenguaje es una parte integral de lo que Dios está haciendo en el mundo”, afirma Bryan. “Y esa reflexión ha ido profundizándose y expandiéndose”.

El curso, que ha tenido varias iteraciones en los últimos siete años, sigue resonando de formas nuevas con cada nuevo grupo de estudiantes. 

En Bogotá, la sala de reuniones del convento católico romano convertido en un centro de conferencias se llenó de charlas expectantes. Veinticuatro participantes, provenientes de más de 10 países de las Américas, se reunieron en torno a mesas iluminadas por el sol del jardín exterior. Entre ellos, hubo traductores, líderes indígenas, formadores misioneros, líderes de organizaciones de la Alianza, directores de formación y movilización, personas que trabajan con niños y el director de un seminario para estudiantes indígenas. Bryan lideró un equipo de maestros para la octava iteración del curso.

Ese primer día, les recordó a los miembros del grupo que no estaban allí solo para aprender los unos de los otros, sino para aprender de Dios. 

“Dios mismo nos ha llamado a cada uno de nosotros a participar en lo que Él está haciendo en este mundo…”, afirmó Bryan. “Quizás has llegado aquí porque alguien más te invitó. Sin embargo, la invitación que recibiste para participar de la misión de Dios no proviene de un hermano, una organización o una iglesia. Esa invitación proviene directamente de Dios, por medio de su Espíritu”.

Esa afirmación marcó el tono de este curso de cuatro días, al que un pastor de una iteración anterior describió como una mezcla sorprendente entre un curso de capacitación y un retiro espiritual.

Instructores del curso y miembros del personal se reúnen para prepararse para el día siguiente. De izquierda a derecha: Douglas Baughman (Alianza Américas), José Oviedo (LETRA Paraguay), Ana Cristina Mejía (Alianza Américas), Cristiano Barros (ALEM) y Bryan Harmelink (Alianza). Fotografía: Gwen Davies

Un cambio en la manera de pensar

Los movimientos de traducción de la Biblia hacen énfasis en cómo la traducción de la Palabra de Dios transforma a las personas. El curso ITMD resalta esta verdad, pero también revela cómo Dios pareciera estar transformando el movimiento de traducción de la Biblia en sí mismo. Bryan habla de cómo ha cambiado la manera de pensar de la Alianza, que ha pasado de asociarse con las iglesias de formas tradicionales (siendo las iglesias las que aportan recursos financieros, administran proyectos, etc.) a afirmar la traducción en sí como un ministerio y una responsabilidad de la iglesia mundial. (Véanse Declaraciones sobre la relación de la Alianza Global Wycliffe con la Iglesia).

Bryan explica: “Sí, hemos reconocido que somos parte de la iglesia. Sin embargo, creo que es importante afirmar que la traducción de la Biblia es un ministerio de la iglesia y que se nos alienta a trabajar junto con la iglesia para apoyar a aquellos ministerios dentro de ella que inician traducciones, proveen fondos para que se lleven a cabo y equipan a personas para que traduzcan”.

No tarda en añadir que la investigación lingüística y la formación en traducción bíblica siguen siendo importantes. Tradicionalmente, sin embargo, las conversaciones que las organizaciones han tenido sobre la traducción han tendido a ser muy técnicas. Por tanto, las iglesias han visto la traducción como algo de lo que solo los “expertos” se ocupan.

El curso ITMD busca derribar esta barrera.

“Muchos de los pastores y líderes eclesiásticos que han participado del curso se han encontrado con que este es un curso que ‘habla su idioma’”, afirma Bryan.

Un participante de Venezuela de una iteración anterior una vez le dijo: “La razón por la que tomo notas con tanto cuidado es porque estoy preparando mi sermón del domingo. ¡Y este es el tipo de cosas que puedo compartir con mi congregación!”.

Brian McLemore, vicepresidente de Traducción de La Liga Bíblica, afirmó que los materiales de ITMD ya están influyendo en la formación de plantadores de iglesias. Antes de tomar el curso y de conversar con Bryan, solían comenzar con la pregunta: “¿Cuál es tu visión de la iglesia?”. Ahora animan a los líderes a considerar primero cuál es la visión que Dios tiene para su iglesia.

“Este cambio ha tenido un gran impacto en nosotros. Puede que se trate de algo simple, pero es muy profundo”, explica Brian. “Espero que podamos seguir… ayudándolos a captar no solo conceptos, sino también aquel estilo de reflexión tan cautivador e impactante que ustedes han desarrollado”.

Los participantes terminan con un debate para grupos pequeños y se preparan para regresar al salón principal. Fotografía: Gwen Davies

Pasar la antorcha

En diciembre de 2019, Bryan Harmelink ofreció el curso ITMD en Singapur para participantes de varias organizaciones de la Alianza de la región Asia-Pacífico. La siguiente ocasión en que el curso se dictó en persona fue en Ciudad de México, a principios del 2020, justo antes de la pandemia. Más adelante, ese mismo año, varios participantes organizaron, por cuenta propia, sesiones locales en línea para compartir lo que habían aprendido. Varios meses después, ayudaron a organizar y a enseñar un curso en línea para la región de las Américas. Hubo más de 70 participantes.

“Fue una gran experiencia ver la creatividad asombrosa con que contextualizaron el material para el curso”, afirma Bryan.

Gisella Greenfield fue una de las primeras facilitadoras. Gisella cuenta con un máster en lingüística y se dedica a capacitar personas para las misiones. Sin embargo, asistir al curso ITMD en Ciudad de México la ayudó a profundizar en su comprensión fundamental de las misiones. Ahora ayuda a enseñar el curso a otras personas.

“El curso me abrió los ojos a una realidad que no había entendido antes. Transformó mi vida. Transformó mi teología”, afirma Gisella. “Siempre supe que cuando Dios hablaba, las cosas eran creadas. Pero no había visto la profundidad en el hecho de que nosotros podemos hablar como marca de su imagen en nosotros”.

Gisella añadió: “También intuía algunas cosas sobre la relación entre Babel y Pentecostés. Sin embargo, el curso me permitió ver la bondad y la misericordia de Dios al intervenir en Babel, pero sin renunciar nunca a su objetivo original de llegar a todas las tribus, pueblos y lenguas”.

El curso, además, le permitió a Gisella entender con más profundidad la importancia de la traducción de la Biblia.

“Gracias al curso, comprendí verdades bíblicas que me permiten ver el poder que la traducción de la Biblia tiene para llevar a las personas a Jesús…”, observa Gisella. “Si alguien no cuenta con la Biblia traducida en su lengua, ¿cómo puede recibir el evangelio de manera significativa? Además, hemos sido enviados a hacer discípulos. ¿Cómo puedo discipular a alguien sin una Biblia que esa persona comprenda?”.

El curso ITMD ha sido adaptado para que líderes de iglesias y denominaciones puedan participar de versiones más breves en seminarios y cursos de formación pastoral. Incluso se está adaptando para que pueda ofrecerse como una clase de varias semanas en la escuela dominical. El objetivo es ayudar a los niños a entender la misión de Dios en el mundo, cómo la traducción de la Biblia desempeña un papel en esa misión y cómo ellos pueden participar.

En mayo de 2025, el curso será dictado en Rumania, en su versión de cuatro días, para el personal de Wycliffe Rumania. Los líderes de Wycliffe Rumania están buscando formas de comunicar mejor a las iglesias qué implica la traducción bíblica y cómo Dios está movilizándose a nivel global. Esperan que las iglesias puedan adquirir una comprensión bíblico-teológica, en palabras de Bryan, “de la manera en que nuestra lengua, nuestra identidad y nuestra creación a imagen de Dios se condicen con nuestra participación en la misión de Dios”.

Mónica López, una de las instructoras del curso, delibera con Bryan Harmelink durante el curso en Bogotá. Fotografía: Gwen Davies

Próximos pasos

Hay varias conversaciones en torno a la próxima fase de este curso. Bryan afirma: “Uno de los aspectos que se debaten es que, sí, varios pastores y líderes de iglesias han sido participantes de diversos cursos, pero realmente queremos ver cómo podemos hacer para que estas formaciones formen parte de la iglesia”.

El objetivo es que, a medida que más personas reciban formación para enseñar los conceptos en un formato basado en el debate, se pueda compartir más ampliamente la comprensión del papel que desempeña la traducción de la Biblia en la misión de Dios. Muchas de las nuevas ideas que se han infundido en el desarrollo del curso han procedido de personas que lo han completado.

“Esa es una de las cosas más sorprendentes”, observa Bryan. “Por ejemplo, está el desarrollo de materiales infantiles basados en este curso. Esa no fue una idea mía. Nunca se me habría ocurrido. Fueron los participantes de varios cursos y discusiones quienes, por cuenta propia, comenzaron a desarrollar esos materiales. Lo hicieron porque veían el valor de estos temas en su contexto. Nosotros solo estamos acompañándolos en esta iniciativa que han comenzado”.

A eso se refiere cuando habla de que quiere que el material forme parte de la iglesia.

“En realidad se percibe de esta forma: ‘Sí, este es un ministerio de la iglesia que ayuda a nuestras congregaciones, a nuestra gente, a entender mejor qué es la traducción de la Biblia, que no es simplemente una actividad académica que se lleva a cabo en algún lugar, sino que forma parte de comunicar el evangelio en otros idiomas para quienes aún no han tenido la oportunidad de oír la Palabra de Dios en sus propias lenguas’”.

“Una verdadera aventura de fe”

El último día del curso de Bogotá, Myriam, emocionada, compartió con los demás participantes cómo el curso la había impactado. 

 “El Señor, en su providencia, permitió que ustedes y yo estuviéramos aquí”, afirmó. “Esto no estaba en mis planes, pero he visto su providencia y su gracia en cada uno de ustedes al poder compartir con personas de diferentes culturas a las que nunca antes había conocido”.

La iglesia a la que Myriam asiste es conocida por centrarse en el estudio en profundidad de las Escrituras. “Sin embargo, en los 20 años que llevo asistiendo a mi iglesia, nunca me habían enseñado estas cosas”, afirmó Myriam. “Así que me quedo con un gran anhelo: quiero saber cómo las personas pueden entender cosas tan importantes, porque solo estamos en un pequeño núcleo, que es mi iglesia local”.

Sin embargo, el mensaje ha prendido, para asombro de Bryan.

“Ha sido una verdadera aventura de fe. Me ha honrado y entusiasmado mucho ver el interés de las personas”, afirma Bryan. “…Y, en este momento de mi carrera, me resulta sumamente gratificante ver cómo Dios está llevando a otras personas, a quienes ha equipado, a continuar no solo con este curso, sino con esta manera de pensar en la traducción y en el papel que desempeña en lo que Dios está haciendo en el mundo”.

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Historia: Gwen Davies y Jim Killam, Alianza Global Wycliffe

Foto: Gwen Davies

Las organizaciones de la Alianza pueden descargar las imágenes de este testimonio.

 

¿Quiere saber más?

Si le interesa conocer cómo el curso Idioma, traducción y la misión de Dios podría ser beneficioso para su organización y contexto en particular, contáctenos por email a info@wycliffe.net y lo pondremos en contacto con Bryan Harmelink, el Director de Colaboración de la Alianza.

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